martes, octubre 31, 2006

Visita de Chela

El pasado sábado 28 de octubre tuvimos el honor de tener la visita de una estupenda mujer y gran amiga de las comunidades de base; Chela.
La visita tuvo el motivo de compartir nuestras experiencias como CEBs, ya que tenemos realidades muy semejantes. Analisamos nuestra realidad como grupo y como colonia, pero tambien vimos las posibles soluciones y los proyectos que tenemos.

Las fotos de las debo porque hay un problema con esta onda, al rato las subo

miércoles, octubre 25, 2006

Teologia de la Liberacion

Principales ideas

Algunas de las ideas de la Teología de la Liberación son:

1. La salvación cristiana no puede darse sin la liberación económica, política, social e ideológica, como signos visibles de la dignidad del hombre (ver punto 11).

2. Eliminar la pobreza, la explotación, las faltas de oportunidades e injusticias de este mundo.

3. Garantizar el acceso a la educación y la salud.

4. La liberación como toma de conciencia ante la realidad socioeconómica latinoamericana.

5. Reflexión constante del ser humano sobre sí mismo para crear una actitud creativa en su propio beneficio y en el de la sociedad.

6. La situación actual de la mayoría de los latinoamericanos contradice el designio histórico de Dios y la pobreza es un pecado social.

7. No solamente hay pecadores, hay víctimas del pecado que necesitan justicia, restauración. Todos somos pecadores, pero en concreto hay que distinguir entre víctima y victimario.

8. Tomar conciencia de la lucha de clases optando siempre por los pobres.

9. Afirmar el sistema democrático profundizando la concientización de las masas acerca de sus verdaderos enemigos para transformar el sistema vigente.

10. Crear un “hombre nuevo” como condición indispensable para asegurar el éxito de la transformación social. El hombre solidario y creativo motor de la actividad humana en contraposición a la mentalidad capitalista de especulación y espíritu de lucro.

11. La libre aceptación de la doctrina evangélica, es decir, primeramente procurar a la persona unas condiciones de vida dignas y posteriormente su adoctrinación evangélica si la persona quiere. No como anteriormente se hacía: mientras las misiones crisitianas dieran de comer, las personas se proclamaban cristianas.

domingo, octubre 15, 2006

Chicali


Para que conoscan un poco de la vida en Mexicali, jojo

IV. PROPUESTAS

1-Suprimir el lenguaje ambiguo
Mantener la nomenclatura de Comunidad Eclesial de Base (CEB), evitando todo lo que permita interpretar las CEBs como un mero grupo de oración, de acción social o reducirlas a encuentros de la lectura orante de la Biblia o de círculos bíblicos. Por lo tanto, no hay que llamar a las CEBs con la expresión generalizada de “Pequeñas Comunidades” o “Comunidades Fraternas” y congéneres, sino quedarse con la nomenclatura de Medellín-Puebla y de las encíclicas papales (E. Nuntiandi; Redemptoris Missio)

2. Reconocimiento
+ Establecer exigencias mínimas para que un grupo sea reconocido como CEBs, quiere decir, para que represente la Iglesia en su instancia de base. Al mismo tiempo dejar espacio a la flexibilidad, considerando que el proceso de establecer estas iglesias locales es novedoso, todavía en proceso y no se encuentra en el Código de Derecho Canónico. Debe haber lugar para la diversidad cultural, respectando los diferentes contextos en que ellas se establecen.
+ Dar a las CEBs, el reconocimiento oficial, mediante previas condiciones para que a un grupo se identifique como Iglesia de base. El sector donde ellas se encuentran debe tener claro que ellas son una presencia oficial de la Iglesia-sacramento, en su área
+ Entender que la Parroquia es “Comunidad de Comunidades”, cuando ella alcanza a establecer una reda partir de las CEBs.

3. Posibles configuraciones de las CEBs.
Hay que tener claro y aceptarlo, que se va a tener niveles distintos de intensidad en la configuración y vida de esas CEBs. Ellas se encuentran más bien como semillas, pero no como árboles plenamente desarrolladas. Es importante darles atención y apoyo, no ocasiones, sino sistemáticos y permanentes.

4. Formación y elaboración teológica
Los coordinadores de las CEBs necesitan de una formación adecuada. No son meros ministros de una acción pastoral (catequesis, liturgia, social…), sino que tienen un papel de “presidencia”, de servicio de la unidad en la comunión eclesial, en la misma perspectiva del ministro ordenado, solo que lo hacen por “misión canónica” (ministerio extraordinario).
La CEB como tal necesita de una preparación bíblica y comunitaria que le permita tener clara la meta del Reino de Dios, su identidad y responsabilidades eclesiales. Debe también elaborar la teología para nuevos tiempos, una vez que su vida y ritmo están siendo afectados de forma diferente de lo que pasó en las décadas anteriores. Eso significa hacer teología.
5. Espiritualidad
La ESPIRITUALIDAD es la mística, como el fuego que quema y no consume, como el dinamismo central y vital de la comunidad eclesial. Kart Rahner decía que los cristianos del futuro o serán místicos o no serán cristianos.
Tratase de implementar una espiritualidad realmente eclesial, que no se reduce al carisma de un movimiento u orden-congregación religiosa. Una mística comunitaria, misionera, servidora, que siempre han dado identidad evangélica a la Iglesia, en cualquier época o lugar de la historia.

V – ESTRATEGIAS

1) DESPROPORCIÓN
No pedir a las CEBs, o de ellas esperar, lo que no les sería proporcional. Ciertas “fidelidades” y tareas que nadie se atreve a exigir de las parroquias, se achacan como omisión de las CEBs.
De otra parte, hay que revertir la cuestión: - La Iglesia no subsiste sin una expresión de base, como un árbol no vive sin raíces. Cuando no hay CEBs, según la expresión del Vaticano II (Medellín), hay que preguntar, cuales están siendo las referencias de base eclesial de esa diócesis o parroquia y si ellas podrán continuar ejerciendo esa función adecuadamente y por mucho tiempo más. Hay que hacer entender a las parroquias que ellas ya han dejado de ser base real y efectiva de la Iglesia para todos los bautizados.

2) PARTIR DE LO QUE ES DE TODOS
No se trata de entrar en las CEBs, sino en la Iglesia. Ellas localizan, especifican, hacen efectivamente presente a la Iglesia en un tiempo, situación y lugar.
La gran tarea no es de buscar el prestigio de la Iglesia, de impresionar por el número, lo magnífico de las celebraciones, la fuerza de la propia organización, sino de hacer presente el Reino de Dios.

3) LO QUE YA SE HACE.
Nadie queda dispensado de comprometerse en este caminar eclesial. Una decisión práctica inmediata es la de crear motivación y nuevas experiencias que faciliten el surgimiento de las CEBs, se trata de llenar de contenido nuevo todo lo que se propone y se hace en la pastoral – catequesis, liturgia, social, misión, reuniones, eventos, etc. (según la teología y propuestas del Vaticano II-Medellín-Puebla-Santo Domingo: Pueblo de Dios, Iglesia comunión-comunidad, misión y presencia en el mundo como semilla y fermento del Reino, ecumenismo, responsabilidad misionera, inserción, inculturación, protagonismo de los laicos, opción prioritaria, no exclusiva por los jóvenes, por los pobres

4) OTROS LENGUAJES Y TEMAS
Cambiar el lenguaje y quizás algunos de los temas socio-políticos elaborados para los tiempos de la dictadura militar en América Latina y Caribe. Usar un vocabulario fiel al mensaje cristiano que llegue a la realidad contemporánea de globalización, de grandes migraciones, y desafíos. [4]

5) LAS NUEVAS GENERACIONES
Restablecer un contacto significativo y constante con las nuevas generaciones de sacerdotes y de seminaristas que perdieron el contacto con las CEBs en su tiempo de formación y por eso y otras razones no manifiestan interés por ellas en su trabajo ministerial.

6) “ECUMENISMO INTERNO”
Acercarse a la gente de los movimientos u organizaciones eclesiásticas, como movimiento familiar, carismáticos sabiendo que, como pasa siempre en todo grupo y organización, hay mayor posibilidad de dialogo entre sus miembros comunes y no tanto con los dirigentes.

7) EVENTOS GENERADORES
Tener en cuenta las nuevas posibilidades que aparecen en el mundo o en la Iglesia, como la del Forum Social Mundial (o alternativo), o de sínodos y planes de pastoral.

8) REVERTIR EL PROCESO
Pasando de una pastoral de espera a un dinamismo misionero comunitario. No basta esperar por los que vienen a nuestras instituciones parroquiales y de base. El dinamismo misionero debe ir, del templo a las casas; de los bancos a las calles y plazas; de las muchedumbres a las personas; del proselitismo de movimientos a un proyecto eclesial, que actúa como Iglesia local.
. Valerse, para eso, de gestos públicos como: imposición de las manos, entrega de la Biblia, u otros. Explicitar y profundizar lo que tiene que ser una nueva teología, reflexionando desde la fe y la practica de la realidad del continente sobre:
+ La violencia globalizada tanto a nivel de la organización (drogas, tráfico de niños, mujeres), como la violencia callejera, que ha creado inseguridad, sospecha, actitud defensiva y disposición muy cercana a la justicia por las propias manos;
+ la corrupción política de las instituciones básicas de la sociedades, de los líderes;
+ la comercialización de toda realidad humana y social (deporte, escuela, medicina, etc)
+ la ecología y patrimonio común de la humanidad
+ el nuevo estilo de clero y seminaristas
+ el qué y porqué de la volta atrás del Vaticano II, fidelidad a la herencia del camino eclesial latino americano de Medellín al momento actual + el impacto de una religiosidad emocional, masiva, de eventos inflados y trabajado por la media a servicio del consumismo con abundancia de milagros y omnipresencia demoníaca, muy a gusto de las sectas neo-pentecostal.
De nada vale insistir que una bicicleta alcance a jalar un camión cargado
Situaciones contaminada:+por las comunicaciones manipuladoras que imponen ingenuidades colectivas+ por el tráfico y uso de drogas
+ por la corrupción, pornografía, individualismo,+ por el mercantilismo del lucro
+ por la desestabilización de las instituciones básicas de la sociedad+ por la ausencia de ética individual y social.

viernes, octubre 13, 2006

TALLER REGIONAL DE JÓVENES CEBs EN MEXICALI

Un pequeño video, grabado hace algun tiempo (abril creo) en el la convivencia despues del taller regional de Jovenes aqui en Mexicali

domingo, octubre 08, 2006

III. A MEDIO ANDAR

+¿Y la siguiente generación?
Los protagonistas del Vaticano II, Medellín y Puebla están desapareciendo y no han conseguido pasar en adelante lo suficiente de sus sueños de un nuevo modelo de Iglesia. Las nuevas generaciones de curas, seminaristas y laicos ( a no ser una minoría) son de cuño conservador, clerical, intra-eclesial, pietista. No son ni creativas, ni misioneras.
La dimensión del Reino, de las CEBs y de la liberación no ha creado estructuras eclesiásticas y pastorales correspondientes.
Los mismos términos que expresan de forma mas clara estas realidades, han sido abdicados o substituidos; progresivamente desaparecen de los recientes documentos eclesiales.
Lo comunitario tiende a ser identificado con un modelo cristalizado de liturgia, o con una poderosa burocracia parroquial.
Aparecieron diferentes intentos de organizar las CEBs. A veces eran de “arriba hacia abajo”, como que se anticipando a la vida, se crearon estructuras, suponiendo que ellas iban a generar vida.
En otras partes, las CEBs conociendo un significativo éxito inicial, provocado por diferentes circunstancias ocasionales, se estratificaran en este modelo.
Los líderes eclesiásticos hoy, no solamente en las CEBs, manifiestan estar siendo influenciados por un creciente culto de personalidad. Muchos se resienten también del autoritarismo de algunas olas recientes de ministros ordenados (tanto de curas como de diáconos).
La inspiración de la espiritualidad se queda más y más en manos de los movimientos y de las órdenes, congregaciones e institutos religiosos. En las CEBs no se trabajó suficientemente la sistematización de esta dimensión o no se la explicito adecuadamente, aún cuando están siempre presentes en su vida, como realidad comunitaria y no solamente como “crecimiento” de individuos fuera del conjunto. Más que héroes singulares, se quiere una comunidad santa, a estilo de los primeros tiempos, cuando la conciencia era de que la comunidad cristiana es santa, formada por los que están en Cristo-Jesús (santos). La costumbre de canonizaciones de individuos particulares es posterior. Surge con los mártires y se amplia con los monjes y la tradición medieval.

+ Manipulaciones.
En las CEBs, el análisis de la realidad global neoliberal, ha sido constante. Esto no ocurrió siempre con el análisis de otras dimensiones de su vida y acción eclesial.
La crítica a grupos y movimientos de izquierda social y política parece haber sido menos rigurosa y más benigna. Estuvo ausente una denuncia adecuada a los que hicieron uso del nombre de las CEBs y a veces de sus propuestas y novedad, como estrategia de punta. No faltaron los que procuraron valerse de las CEBs, como su instancia de base sea cívico-social, sea pastoral (hemos dicho que eso era hacer de las CEBs un “camión de alquiler”).
La auto-crítica de las CEBs o no ha acontecido con la debida frecuencia, o no ha sido adecuada. En contra partido, los medios de comunicación lograron imponer una imagen negativa de CEBs que les ganó el rechazo, sea de la gente como de la jerarquía de la Iglesia.

+ ¿Exclusivas?
Ya mencionamos que, en algunos lugares, por circunstancias, históricas muy peculiares y también por la realidad del continente de mayoría pobre (y creyente), las CEBs han tenido mayor éxito y presencia en las clases socialmente menos favorecidas y en las periferias.
No faltaron los que llegaron a proclamar que las CEBs no serían para todos, sino solamente para el sector de los oprimidos.
La reacción no se hizo esperar: se acusó a las CEBs y los que a ellas se dedicaban de promover un elitismo social hacía “abajo”. De meterse en política (entiéndase politiquería).
A propósito de aquellos que se encuentran en el área universitaria, en el mundo técnico y científico o de las comunicaciones, entre los llamados “intelectuales”, no ha sido raro el interés teórico y práctico por este nuevo modo de ser Iglesia y de ser ciudadano.
Muchos que hasta ahora participan en el proceso de las CEBS (como miembros o asesores) son profesionales, maestros, pequeños comerciantes, técnicos en diferente sectores, etc. También de las CEBs, particularmente en Brasil, salieron militantes políticos, sea a nivel del Estado, municipios u otras instancias. En el Congreso Nacional, los casos han sido raros, pero existieron.

+ La religiosidad popular.
De parte de la gente de las CEBs. no hubo crisis entre la religiosidad popular y la comunidad de base; al contrario, en la vida de la gente las dos cosas caminaron juntas. Las crisis que aparecieron fueron más en el sector de los agentes o asesores.
Todavía no se explotó plenamente todo el potencial transformador de la devoción mariana. El santoral y martirial latinoamericano sigue desvalorado desde las instancias de poder eclesial. La gente continua “canonizando” a sus mártires, como Angeleli, Romero, Rutílio Grande y muchísimos otros.
+ Programas y paquetes
En las últimas décadas se han multiplicados programas y sistemas que proponían paquetes y fórmulas de éxito para hacer surgir CEBs. (Renacer, NIP, SINE… sin mencionar a los grupos de la Renovación Carismática, y a los Neo-catecúmenos…).
En la práctica, han actuado como movimientos o sistemas que no se han preocupado por llevar a las Iglesias locales a asumir una pastoral creativa, en materia. Al contrario, corren el riesgo de ser colonialistas, imponiendo una teología y espiritualidad que no valoran la originalidad local. Imponen sus estructuras. Toman los agentes de base, no como sujetos, sino como ejecutivos de sus recetas pastorales, por lo general rígidas y elaboradas en otros contextos y desde otras experiencias.

IV. PROPUESTAS
1-Suprimir el lenguaje ambiguo
Mantener la nomenclatura de Comunidad Eclesial de Base (CEB), evitando todo lo que permita interpretar las CEBs como un mero grupo de oración, de acción social o reducirlas a encuentros de la lectura orante de la Biblia o de círculos bíblicos. Por lo tanto, no hay que llamar a las CEBs con la expresión generalizada de “Pequeñas Comunidades” o “Comunidades Fraternas” y congéneres, sino quedarse con la nomenclatura de Medellín-Puebla y de las encíclicas papales (E. Nuntiandi; Redemptoris Missio)

2. Reconocimiento
+ Establecer exigencias mínimas para que un grupo sea reconocido como CEBs, quiere decir, para que represente la Iglesia en su instancia de base. Al mismo tiempo dejar espacio a la flexibilidad, considerando que el proceso de establecer estas iglesias locales es novedoso, todavía en proceso y no se encuentra en el Código de Derecho Canónico. Debe haber lugar para la diversidad cultural, respectando los diferentes contextos en que ellas se establecen.
+ Dar a las CEBs, el reconocimiento oficial, mediante previas condiciones para que a un grupo se identifique como Iglesia de base. El sector donde ellas se encuentran debe tener claro que ellas son una presencia oficial de la Iglesia-sacramento, en su área
+ Entender que la Parroquia es “Comunidad de Comunidades”, cuando ella alcanza a establecer una reda partir de las CEBs.

3. Posibles configuraciones de las CEBs.
Hay que tener claro y aceptarlo, que se va a tener niveles distintos de intensidad en la configuración y vida de esas CEBs. Ellas se encuentran más bien como semillas, pero no como árboles plenamente desarrolladas. Es importante darles atención y apoyo, no ocasiones, sino sistemáticos y permanentes.

4. Formación y elaboración teológica
Los coordinadores de las CEBs necesitan de una formación adecuada. No son meros ministros de una acción pastoral (catequesis, liturgia, social…), sino que tienen un papel de “presidencia”, de servicio de la unidad en la comunión eclesial, en la misma perspectiva del ministro ordenado, solo que lo hacen por “misión canónica” (ministerio extraordinario).
La CEB como tal necesita de una preparación bíblica y comunitaria que le permita tener clara la meta del Reino de Dios, su identidad y responsabilidades eclesiales. Debe también elaborar la teología para nuevos tiempos, una vez que su vida y ritmo están siendo afectados de forma diferente de lo que pasó en las décadas anteriores. Eso significa hacer teología.
5. Espiritualidad
La ESPIRITUALIDAD es la mística, como el fuego que quema y no consume, como el dinamismo central y vital de la comunidad eclesial. Kart Rahner decía que los cristianos del futuro o serán místicos o no serán cristianos.
Tratase de implementar una espiritualidad realmente eclesial, que no se reduce al carisma de un movimiento u orden-congregación religiosa. Una mística comunitaria, misionera, servidora, que siempre han dado identidad evangélica a la Iglesia, en cualquier época o lugar de la historia.
Por ejemplo, cuando de las dictaduras militares, las CEBs eran prácticamente el único espacio de base que sobrevivió por la protección de la Iglesia; en las primeras olas de migrantes internacionales, donde las CEBs han representando un punto de encuentro confiable y a veces único . No se puede pasar por arriba la presencia evangélica y generosa de muchas comunidades religiosas femeninas – algunas masculinas también – con la llamada “inserción” en el mundo de los pobres y oprimidos.
Valerse, para eso, de gestos públicos como: imposición de las manos, entrega de la Biblia, u otros.
Explicitar y profundizar lo que tiene que ser una nueva teología, reflexionando desde la fe y la practica de la realidad del continente sobre:
+ La violencia globalizada tanto a nivel de la organización (drogas, tráfico de niños, mujeres), como la violencia callejera, que ha creado inseguridad, sospecha, actitud defensiva y disposición muy cercana a la justicia por las propias manos;
+ la corrupción política de las instituciones básicas de la sociedades, de los líderes;
+ la comercialización de toda realidad humana y social (deporte, escuela, medicina, etc)
+ la ecología y patrimonio común de la humanidad
+ el nuevo estilo de clero y seminaristas
+ el qué y porqué de la volta atrás del Vaticano II, fidelidad a la herencia del camino eclesial latino americano de Medellín al momento actual + el impacto de una religiosidad emocional, masiva, de eventos inflados y trabajado por la media a servicio del consumismo con abundancia de milagros y omnipresencia demoníaca, muy a gusto de las sectas neo-pentecostal.

sábado, octubre 07, 2006

Lo que sigue =P

7. Pueblo y Reino de Dios.
Las CEBs manifiestan fuertemente la perspectiva del Reino de Dios. Congregan los bautizados de su área, como parcela del Pueblo de Dios.
Ellas son, salva la comparación, como las raíces del árbol, que por pequeñas y débiles, no se ve en la superficie, se mezclan con la tierra, donde hacen el primer contacto vital con los minerales y el agua, que van a ser la sabia. Las CEBs, primicias y sacramento del Reino, son ya el Pueblo de Dios en misión. No surgen para “salvar” a los católicos del proselitismo de los evangelistas y de las sectas; tampoco para “renovar” la parroquia… aún cuando ambas cosas suelen acontecer.


II. GRACIA Y DESAFIO.

Son mas de 40 años que las CEBs perseveran, desde las experiencias iniciales en el Brasil: - Barra do Piraí, Movimiento de Natal; así como de de San Miguelito, en Panamá y otros lugares.
Antes del Vaticano II, han sido propuestas como célula eclesial inicial, en el plan de “Emergencia” de la Iglesia del Brasil.
A lo largo de los años, han sido señal y mediación de gracias (indicamos nueve de esas gracias)

+ Primera: Personalización
Por las CEBs, el pueblo cristiano no se reduce a las muchedumbres anónimas que llenan catedrales, basílicas, estadios, plazas. Por ellas, esa “masa” católica se personaliza y se torna agente responsable. La pertenencia eclesial ganó consistencia, no solamente por razón del bautismo, sino también por la integración activa en una comunidad de Iglesia, a nivel local. Las CEBs han dado otra cara histórica de la Iglesia:
- dejó de ser interpretada como monopolio del ministro ordenado.
- Cada quien es ahora conocido por su nombre y apellido, cultura y dones. Está llamado al diálogo. Aprende a participar, individual y comunitariamente, en la vida y misión de la Iglesia.
Poco a poco se rompe la hegemonía de los movimientos católicos de espiritualidad y pastoral. Igual se crean alternativas comunitarias de cara al proselitismo de los grupos evangélicos. Los bautizados retoman su identidad católico.

+ Segunda: Inculturación
Abundante ha sido el uso de símbolos salidos de la vida de la gente, para expresar su experiencia de fe y ejercer su misión. Los agentes de pastoral, los especialistas buscaron acoger y expresar científicamente, toda esa vitalidad popular no sistemática venida de sus tradiciones y cultura. Surgió una teología cantada y transformada en prácticas comunitarias de piedad, de servicio, de denuncias proféticas y anuncio evangélicos. Con frecuencia se tomaron las tradiciones del catolicismo popular - ayunos, peregrinaciones, fiestas de los patronos – llenándolas con nuevo contenido conciliar.
Entre los migrantes en áreas de pluralismo cultural, como en Buenos Aires, S. Paulo, USA, etc., las CEBs han sido una realidad constante y providencial.
Desde las CEBs, se han dado frecuentes encuentros con las culturas y situaciones de los olvidados y oprimidos (negro, indio, mujer)

+Tercera: Martirio.
Las CEBs han procurado vivir la propuesta del Reino, con sus aplicaciones locales. Descubrieron entonces que no siempre era buena noticia para todos. Al contrario, hasta resultó conflictiva y peligrosa.
En América Latina, muchos asesores y miembros de las CEBs han dado el testimonio supremo de sus vidas. Otros han sufrido tortura, cárcel y persecución. Su número se eleva a varios centenares.

+ Cuarta: Espiritualidad.
La experiencia mística de las CEBS está muy ligada al servicio de caridad a los más necesitados (cuño asistencial, promocional, liberador-estructural). Por la lectura orante de la Palabra, por la vida comunitaria, profundizan su encuentro con Dios. Esa espiritualidad que parte de lo santoral y mariano y lo incluye, ahora se concentra, siempre más, en la dimensión Trinitaria de Dios. En la cristología se subraya no solamente lo divino, sino particularmente lo humano de Jesús (Puebla 173). La misión y vida de la comunidad se vive en la mística de los “hechos de los Apóstoles” de nuestra época.

+ Quinta: Minoría.
Las CEBs, aún disminuyendo en número, sobreviven y profundizan su experiencia eclesial tomando conciencia de ser minoría y de sentirse desproporcionadas a la misión y a los desafíos de cada contexto socio-político. Además el hecho de vivir bajo sospechas, con poco apoyo de los líderes eclesiásticos, sin prestigio humano, hace con que ellas tengan siempre que evaluarse y reafirmar sus motivaciones evangélicas profundas.
Los textos bíblicos más meditados en dicha perspectiva son el de 1Cor 1,26-31; Filipenses 2,4-6.
Por instinto evangélico, las CEBs se animan con la gracia de los últimos, los que se encuentran, casi siempre en las situaciones-límites de pobreza, enfermedad, opresión, segregación y destrucción de la dignidad humana. Las CEBs son el fermento evangélico trabajando desde los pobres, por los pobres, como pobres. Haciendo de ellos sujetos comunitarios de liberación y salvación integral.


+ Sexta: Itinerancia misionera
Las CEBs no se orientan a un trabajo intra-parroquial, sino más bien a las áreas donde la acción pastoral ordinaria no llega. Se acercan a los bautizados, muchos de ellos desconectados de la práctica eclesial ordinaria.
A principio las CEBs han sido fundadas por miembros de la jerarquía, agentes de pastoral (religiosas o laicos). A seguir, un número significativo de ellas, ha surgido por influencia o acción directa de otras CEBs.

+ Séptima: Ministerio colegiado
En efecto, las CEBs han creado y colocado en práctica, un ministerio de cuño colegiado (siempre que posible en equipo) y mucho más ligado a las exigencias del Reino que de lo intra-eclesial parroquial.
En lo que se refiere a los ministros ordenados, la CEB ha sido para ellos una gracia que ayudó: primero, a entender su ministerio como fundadores de Iglesias (ecclesiogenesis); segundo, a ejercer su responsabilidad de coordinadores de la gran comunión eclesial (configurada como una red de comunidades menores), mas que como distribuidores de sacramentos; Tercero, a cuestionarse sobre el ejercicio colegiado de su propio servicio ministerial, como miembro de un presbiterio.
Respondiendo a las necesidades y urgencias pastorales, las CEBs han asumido las celebraciones dominicales no-eucarísticas y otros encuentros devocionales, valiendo se de sus ministros no-ordenados: Delegados de la Palabra, Presidentes de Asamblea Cristiana, Celebradores del Día del Señor, etc.


+ Octava: Metodología
El desarrollo de la metodología del: ver, juzgar, actuar, evaluar y celebrar, educa y organiza la reflexión comunitaria, disciplina la acción y ayuda a colocar los hechos y eventos como pasos de un proceso mucho más amplio y constante. No se trata solamente de una técnica, sino que es un método global de vida comunitaria. Es espiritualidad.
Esa metodología reconoció y animó el potencial evangelizador de los pobres (Cf. P 1146-1147), transformando a los bautizados en militantes. Al mismo tiempo, mantuvo en las CEBs un estilo de esperanza y de encuentro comunitario con Dios, desde la mediación de Jesús, actuando con su Espíritu.

+ Novena: Nuevos descubrimientos
Las CEBs no han sido algo fijo e intocable. En su propio vivir se va descubriendo y también corrigiendo perspectivas. En Medellín, por ejemplo, la motivación de muchos obispos, era por considerar que las CEBs formarían una línea de defensa eclesial de cara al comunismo y a las sectas. Posteriormente se trabajó el aspecto profético y liberador de las CEBs en relación a los oprimidos y excluidos.
Algo similar también aconteció en relación a lo bíblico: al principio se tomaban textos aislados del Éxodo, para fundamentar todo compromiso social. Más tarde, la ayuda del movimiento bíblico popular , llevaron a una visión más global de la Revelación, tomando la Palabra de Dios en contexto y como fuente de espiritualidad y acción, tanto personal como comunitaria. Por exigencia de las circunstancias, las CEBs tuvieron que ir aprendiendo como hacerse escuchar por las autoridades civiles (en relación a las autoridades eclesiástica, todavía no alcanzaron éxito semejante); como participar en los movimientos ecológicos, con en los de promoción de la mujer, de defensa dos emigrantes, de las culturas marginadas. Las relaciones ecuménicas son todavía limitadas.
Los 7 puntos arriba indicados siendo más de carácter bíblico-teológico, significan perspectiva y exigencias para que se profundice sobre la identidad de las CEBs. Supone que se trabajen las estrategias pastorales correspondientes.

. Esa temática ha tenido especial destaque en encuentros inter-eclesiales de las CEBs, tanto en Brasil, como en Bolivia, Ecuador, México, Caribe, etc.
En países como El Salvador, Guatemala, hoy son muchos los hijos e hijas de los mártires que siguen militando en las CEBs que sobrevivieron.

Lo hacen por visitas familiares, como en la oportunidad de los eventos que la propia vida genera (enfermedad, problemas humanos de la área, graduaciones, cambio de residencia, etc.) o por razón del calendario litúrgico (cenizas, ramos, navidad) y por las tradiciones religiosas (bendiciones, peregrinaciones…).
Los Encuentros Nacionales y Regionales de las CEBs y de sus asesores, con la presencia y participación de obispos, han sido providenciales para discernir, complementar y divulgar el proceso de las CEBs.

jueves, octubre 05, 2006

Continuacion del anterior

3. Aparato canónico
Las CEBs han sobrevivido con un máximo de vida y mínimo de estructuras. Por eso han desarrollado una cierta elasticidad pastoral para adaptarse a diferentes culturas, realidades y momentos coyunturales.
Saben, por la misma experiencia, que ninguna práctica nueva permanece cuando no vive de una mística y al mismo tiempo no es apoyada por una institución.
Hoy se pregunta si, precisamente ese mínimo, no exigiría algo jurídico más explícito, para protegerlas del arbitrio (simpatía o antipatía) de las autoridades eclesiásticas de turno.
Cada vez que se toca en este tema (asegurarse de un aparato jurídico), inmediatamente se pregunta si no sería la “burocratización” del dinamismo evangélico y espontáneo de las CEBs?
La pregunta ciertamente es válida. El riesgo existe, tanto para las CEBs, como también para los otros niveles eclesiales (diócesis y parroquia). La respuesta dependerá finalmente de que se entienda y se afirme la identidad eclesial de las CEBs, no como movimiento, sino como Iglesia sacramento. A nosotros nos parece que la etapa de “espontaneidad” del proceso de las CEBs ya está pidiendo un paso nuevo, con los mencionados desafíos que conlleva.


4. Los pobres y todos los católicos .
Por fidelidad evangélica, la CEB opta por la causa de los últimos. Como punto de partida en su proceso, el lugar social desde donde se trabajó con mayor frecuencia y las CEBS se desarrollaron rápidamente, fueron las áreas pobres urbanas y rurales. Ellas crecieron menos en los sectores de profesionales, ejecutivos y dirigentes. Los privilegiados del poder económico no acostumbran optar por una militancia eclesial. Cuando lo hacen, es más bien por los movimientos católicos que por las CEBs.
El compromiso social es, sin embargo, parte irrenunciable de la fe eclesial que se vive en las CEB. No es solamente vocación de algunos de sus miembros, como es el caso de la militancia partidista y el ejercicio de cargos políticos.
Lo que se establece para la pertenencia a una CEB es lo que se exige para ser la Iglesia de Jesús, ni más, ni menos. Sobra decir que lo de Mateo 25, 41 permanece.

5. Laical.
La Iglesia de base históricamente ha sido apostólica (coordinada por los 12 o algunos de ellos), a seguir episcopal (coordinada directamente por los “episcopoi”), lo que no era negación de lo apostólico. Después presbiteral (coordinada por presbíteros), sin que eso significara separación del obispo y de la comunión diocesana; Hoy, la CEB, va a ser laical (animada por un Equipo de Laicos, ligados a la coordinación de un ministro ordenado – Párroco o directamente por el obispo), la denominación laical no implica rompimiento afectivo o efectivo con la coordinación parroquial del presbítero y diocesana del obispo.[2]

6. Red
Las CEBs son, por naturaleza, “colegiadas” o red, como los dedos son mano. La red es articulación no solamente hacia arriba (con los que presiden), sino también con los compañeros, otras CEBs y otras estructuras de base. Para usar la red, hay que entrar en el mar. Hay que trabajar en equipo.
En el caso de las CEB hay que tener claro que la CEB debe articular a partir del nuevo modelo de ser Iglesia y no en función de la estructura ya existente (tampoco en contra o desligada de ella).
Una de las propuestas que está apareciendo, entre otras, es la de establecer sectores geográficos o funcionales, dentro de la parroquia, animados y coordinados por un equipo timón. Cada sector originalmente sería una CEB, pero, con el tiempo podría generar otras más. Alguien del equipo timón o de coordinación pasaría también a ser parte del consejo parroquial de pastoral. En algunas áreas del norte de México, optaron por primero identificar las CEBS ya existentes. Con ellas decidir el espacio del barrio o “colonia” que podían asumir, para vivir juntos su experiencia de Iglesia. Además de las dos maneras de hacer red, arriba indicadas, hay otras y van surgiendo más. No hay fórmula fija. Es un proceso creativo. Además en pastoral no hay “fotocopias” de experiencias, sino artesanía.
En el Vaticano II, esta ha sido una perspectiva constantemente mencionada. Basta recordar, a título de ejemplo, Giácomo Lercaro, cardenal de Bologna, desde la primera sesión proponía que el tema conciliar fuera sobre los pobres; el obispo de Tournai, Francia, Charles Marie Himmer, en la sesión del 4 Octubre 1963, insistía que a los pobres fuera dado el primer lugar en las consideraciones de aquella asamblea.
La CEB, siendo Iglesia, será siempre Eucarística y misionera. La cuestión del ministro ordenado para eso, tendrá, a su tiempo, que ser solucionada por las autoridades responsables. Por ahora es función ejercida por el párroco o algún sacerdote para eso enviado.
Hay lugares en que se distinguen, por lo menos provisoriamente, dos consejos: el de pastoral y el consejo parroquial de CEBs