1-Suprimir el lenguaje ambiguo
Mantener la nomenclatura de Comunidad Eclesial de Base (CEB), evitando todo lo que permita interpretar las CEBs como un mero grupo de oración, de acción social o reducirlas a encuentros de la lectura orante de la Biblia o de círculos bíblicos. Por lo tanto, no hay que llamar a las CEBs con la expresión generalizada de “Pequeñas Comunidades” o “Comunidades Fraternas” y congéneres, sino quedarse con la nomenclatura de Medellín-Puebla y de las encíclicas papales (E. Nuntiandi; Redemptoris Missio)
2. Reconocimiento
+ Establecer exigencias mínimas para que un grupo sea reconocido como CEBs, quiere decir, para que represente la Iglesia en su instancia de base. Al mismo tiempo dejar espacio a la flexibilidad, considerando que el proceso de establecer estas iglesias locales es novedoso, todavía en proceso y no se encuentra en el Código de Derecho Canónico. Debe haber lugar para la diversidad cultural, respectando los diferentes contextos en que ellas se establecen.
+ Dar a las CEBs, el reconocimiento oficial, mediante previas condiciones para que a un grupo se identifique como Iglesia de base. El sector donde ellas se encuentran debe tener claro que ellas son una presencia oficial de la Iglesia-sacramento, en su área
+ Entender que la Parroquia es “Comunidad de Comunidades”, cuando ella alcanza a establecer una reda partir de las CEBs.
3. Posibles configuraciones de las CEBs.
Hay que tener claro y aceptarlo, que se va a tener niveles distintos de intensidad en la configuración y vida de esas CEBs. Ellas se encuentran más bien como semillas, pero no como árboles plenamente desarrolladas. Es importante darles atención y apoyo, no ocasiones, sino sistemáticos y permanentes.
4. Formación y elaboración teológica
Los coordinadores de las CEBs necesitan de una formación adecuada. No son meros ministros de una acción pastoral (catequesis, liturgia, social…), sino que tienen un papel de “presidencia”, de servicio de la unidad en la comunión eclesial, en la misma perspectiva del ministro ordenado, solo que lo hacen por “misión canónica” (ministerio extraordinario).
La CEB como tal necesita de una preparación bíblica y comunitaria que le permita tener clara la meta del Reino de Dios, su identidad y responsabilidades eclesiales. Debe también elaborar la teología para nuevos tiempos, una vez que su vida y ritmo están siendo afectados de forma diferente de lo que pasó en las décadas anteriores. Eso significa hacer teología.
5. Espiritualidad
La ESPIRITUALIDAD es la mística, como el fuego que quema y no consume, como el dinamismo central y vital de la comunidad eclesial. Kart Rahner decía que los cristianos del futuro o serán místicos o no serán cristianos.
Tratase de implementar una espiritualidad realmente eclesial, que no se reduce al carisma de un movimiento u orden-congregación religiosa. Una mística comunitaria, misionera, servidora, que siempre han dado identidad evangélica a la Iglesia, en cualquier época o lugar de la historia.
V – ESTRATEGIAS
1) DESPROPORCIÓN
No pedir a las CEBs, o de ellas esperar, lo que no les sería proporcional. Ciertas “fidelidades” y tareas que nadie se atreve a exigir de las parroquias, se achacan como omisión de las CEBs.
De otra parte, hay que revertir la cuestión: - La Iglesia no subsiste sin una expresión de base, como un árbol no vive sin raíces. Cuando no hay CEBs, según la expresión del Vaticano II (Medellín), hay que preguntar, cuales están siendo las referencias de base eclesial de esa diócesis o parroquia y si ellas podrán continuar ejerciendo esa función adecuadamente y por mucho tiempo más. Hay que hacer entender a las parroquias que ellas ya han dejado de ser base real y efectiva de la Iglesia para todos los bautizados.
2) PARTIR DE LO QUE ES DE TODOS
No se trata de entrar en las CEBs, sino en la Iglesia. Ellas localizan, especifican, hacen efectivamente presente a la Iglesia en un tiempo, situación y lugar.
La gran tarea no es de buscar el prestigio de la Iglesia, de impresionar por el número, lo magnífico de las celebraciones, la fuerza de la propia organización, sino de hacer presente el Reino de Dios.
3) LO QUE YA SE HACE.
Nadie queda dispensado de comprometerse en este caminar eclesial. Una decisión práctica inmediata es la de crear motivación y nuevas experiencias que faciliten el surgimiento de las CEBs, se trata de llenar de contenido nuevo todo lo que se propone y se hace en la pastoral – catequesis, liturgia, social, misión, reuniones, eventos, etc. (según la teología y propuestas del Vaticano II-Medellín-Puebla-Santo Domingo: Pueblo de Dios, Iglesia comunión-comunidad, misión y presencia en el mundo como semilla y fermento del Reino, ecumenismo, responsabilidad misionera, inserción, inculturación, protagonismo de los laicos, opción prioritaria, no exclusiva por los jóvenes, por los pobres
4) OTROS LENGUAJES Y TEMAS
Cambiar el lenguaje y quizás algunos de los temas socio-políticos elaborados para los tiempos de la dictadura militar en América Latina y Caribe. Usar un vocabulario fiel al mensaje cristiano que llegue a la realidad contemporánea de globalización, de grandes migraciones, y desafíos. [4]
5) LAS NUEVAS GENERACIONES
Restablecer un contacto significativo y constante con las nuevas generaciones de sacerdotes y de seminaristas que perdieron el contacto con las CEBs en su tiempo de formación y por eso y otras razones no manifiestan interés por ellas en su trabajo ministerial.
6) “ECUMENISMO INTERNO”
Acercarse a la gente de los movimientos u organizaciones eclesiásticas, como movimiento familiar, carismáticos sabiendo que, como pasa siempre en todo grupo y organización, hay mayor posibilidad de dialogo entre sus miembros comunes y no tanto con los dirigentes.
7) EVENTOS GENERADORES
Tener en cuenta las nuevas posibilidades que aparecen en el mundo o en la Iglesia, como la del Forum Social Mundial (o alternativo), o de sínodos y planes de pastoral.
8) REVERTIR EL PROCESO
Pasando de una pastoral de espera a un dinamismo misionero comunitario. No basta esperar por los que vienen a nuestras instituciones parroquiales y de base. El dinamismo misionero debe ir, del templo a las casas; de los bancos a las calles y plazas; de las muchedumbres a las personas; del proselitismo de movimientos a un proyecto eclesial, que actúa como Iglesia local.
. Valerse, para eso, de gestos públicos como: imposición de las manos, entrega de la Biblia, u otros. Explicitar y profundizar lo que tiene que ser una nueva teología, reflexionando desde la fe y la practica de la realidad del continente sobre:
+ La violencia globalizada tanto a nivel de la organización (drogas, tráfico de niños, mujeres), como la violencia callejera, que ha creado inseguridad, sospecha, actitud defensiva y disposición muy cercana a la justicia por las propias manos;
+ la corrupción política de las instituciones básicas de la sociedades, de los líderes;
+ la comercialización de toda realidad humana y social (deporte, escuela, medicina, etc)
+ la ecología y patrimonio común de la humanidad
+ el nuevo estilo de clero y seminaristas
+ el qué y porqué de la volta atrás del Vaticano II, fidelidad a la herencia del camino eclesial latino americano de Medellín al momento actual + el impacto de una religiosidad emocional, masiva, de eventos inflados y trabajado por la media a servicio del consumismo con abundancia de milagros y omnipresencia demoníaca, muy a gusto de las sectas neo-pentecostal.
De nada vale insistir que una bicicleta alcance a jalar un camión cargado
Situaciones contaminada:+por las comunicaciones manipuladoras que imponen ingenuidades colectivas+ por el tráfico y uso de drogas
+ por la corrupción, pornografía, individualismo,+ por el mercantilismo del lucro
+ por la desestabilización de las instituciones básicas de la sociedad+ por la ausencia de ética individual y social.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario