jueves, octubre 05, 2006

Continuacion del anterior

3. Aparato canónico
Las CEBs han sobrevivido con un máximo de vida y mínimo de estructuras. Por eso han desarrollado una cierta elasticidad pastoral para adaptarse a diferentes culturas, realidades y momentos coyunturales.
Saben, por la misma experiencia, que ninguna práctica nueva permanece cuando no vive de una mística y al mismo tiempo no es apoyada por una institución.
Hoy se pregunta si, precisamente ese mínimo, no exigiría algo jurídico más explícito, para protegerlas del arbitrio (simpatía o antipatía) de las autoridades eclesiásticas de turno.
Cada vez que se toca en este tema (asegurarse de un aparato jurídico), inmediatamente se pregunta si no sería la “burocratización” del dinamismo evangélico y espontáneo de las CEBs?
La pregunta ciertamente es válida. El riesgo existe, tanto para las CEBs, como también para los otros niveles eclesiales (diócesis y parroquia). La respuesta dependerá finalmente de que se entienda y se afirme la identidad eclesial de las CEBs, no como movimiento, sino como Iglesia sacramento. A nosotros nos parece que la etapa de “espontaneidad” del proceso de las CEBs ya está pidiendo un paso nuevo, con los mencionados desafíos que conlleva.


4. Los pobres y todos los católicos .
Por fidelidad evangélica, la CEB opta por la causa de los últimos. Como punto de partida en su proceso, el lugar social desde donde se trabajó con mayor frecuencia y las CEBS se desarrollaron rápidamente, fueron las áreas pobres urbanas y rurales. Ellas crecieron menos en los sectores de profesionales, ejecutivos y dirigentes. Los privilegiados del poder económico no acostumbran optar por una militancia eclesial. Cuando lo hacen, es más bien por los movimientos católicos que por las CEBs.
El compromiso social es, sin embargo, parte irrenunciable de la fe eclesial que se vive en las CEB. No es solamente vocación de algunos de sus miembros, como es el caso de la militancia partidista y el ejercicio de cargos políticos.
Lo que se establece para la pertenencia a una CEB es lo que se exige para ser la Iglesia de Jesús, ni más, ni menos. Sobra decir que lo de Mateo 25, 41 permanece.

5. Laical.
La Iglesia de base históricamente ha sido apostólica (coordinada por los 12 o algunos de ellos), a seguir episcopal (coordinada directamente por los “episcopoi”), lo que no era negación de lo apostólico. Después presbiteral (coordinada por presbíteros), sin que eso significara separación del obispo y de la comunión diocesana; Hoy, la CEB, va a ser laical (animada por un Equipo de Laicos, ligados a la coordinación de un ministro ordenado – Párroco o directamente por el obispo), la denominación laical no implica rompimiento afectivo o efectivo con la coordinación parroquial del presbítero y diocesana del obispo.[2]

6. Red
Las CEBs son, por naturaleza, “colegiadas” o red, como los dedos son mano. La red es articulación no solamente hacia arriba (con los que presiden), sino también con los compañeros, otras CEBs y otras estructuras de base. Para usar la red, hay que entrar en el mar. Hay que trabajar en equipo.
En el caso de las CEB hay que tener claro que la CEB debe articular a partir del nuevo modelo de ser Iglesia y no en función de la estructura ya existente (tampoco en contra o desligada de ella).
Una de las propuestas que está apareciendo, entre otras, es la de establecer sectores geográficos o funcionales, dentro de la parroquia, animados y coordinados por un equipo timón. Cada sector originalmente sería una CEB, pero, con el tiempo podría generar otras más. Alguien del equipo timón o de coordinación pasaría también a ser parte del consejo parroquial de pastoral. En algunas áreas del norte de México, optaron por primero identificar las CEBS ya existentes. Con ellas decidir el espacio del barrio o “colonia” que podían asumir, para vivir juntos su experiencia de Iglesia. Además de las dos maneras de hacer red, arriba indicadas, hay otras y van surgiendo más. No hay fórmula fija. Es un proceso creativo. Además en pastoral no hay “fotocopias” de experiencias, sino artesanía.
En el Vaticano II, esta ha sido una perspectiva constantemente mencionada. Basta recordar, a título de ejemplo, Giácomo Lercaro, cardenal de Bologna, desde la primera sesión proponía que el tema conciliar fuera sobre los pobres; el obispo de Tournai, Francia, Charles Marie Himmer, en la sesión del 4 Octubre 1963, insistía que a los pobres fuera dado el primer lugar en las consideraciones de aquella asamblea.
La CEB, siendo Iglesia, será siempre Eucarística y misionera. La cuestión del ministro ordenado para eso, tendrá, a su tiempo, que ser solucionada por las autoridades responsables. Por ahora es función ejercida por el párroco o algún sacerdote para eso enviado.
Hay lugares en que se distinguen, por lo menos provisoriamente, dos consejos: el de pastoral y el consejo parroquial de CEBs

1 comentario:

MIKE TU HERMANO dijo...

MELE TENGO UN VIDEO DEL TALLER DE JÓVENES EN MEXICALI QUE QUIERO PASARTE .
ya está en la red listo para ser colocado en una entrada del blog
cuando quieras
SALUDOS A LOS COMPAÑEROS-HERMANOS Y HERMANAS DE CEBs.

LOS QUE CON LAGRIMAS SEMBRARON
CON REGOCIJO CEGARÁN
DONDE SUS LAGRIMAS REGARON
HERMOSAS PLANTAS CRECERAN...